Sistemas de retención infantil, diferencias en la homologación

Si bien tanto los sistemas norteamericanos como los europeos son seguros, hay detalles en los que difieren
En la Argentina se pueden encontrar butacas de origen norteamericano y europeo (entre otros orígenes) y si bien ambos sistemas son seguros, hay algunas diferencias que vale la pena conocer para que los menores cuenten con todas las medidas de protección adecuadas.
El Sistema de Retención Infantil (SRI) o butaca es la herramienta de seguridad más importante para evitar lesiones y proteger la vida de los niños en un accidente de tránsito. Según la Ley Nacional de Tránsito (24.449), los chicos de hasta 10 años deben viajar en el asiento de atrás del automóvil en su SRI correspondiente. Y la ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) indica que deber hacerlo hasta los 12 años.
Es muy importante que los chicos viajen siempre, incluso en trayectos cortos, en los asientos traseros del vehículo, en sus butacas especiales (SRI) según su peso y edad, además de estar correctamente instaladas con el sistema de anclaje (Latch/Isofix) o con el cinturón de seguridad del vehículo. En caso de siniestro, puede salvarle la vida.
¿Cuáles son las principales diferencias entre las butacas norteamericanas y las europeas?
En primer lugar, los arneses. Las butacas europeas lo tienen en forma de ¨V¨; es decir, que el cinturón de la silla pasa por los hombros de los niños y les ajusta en la entrepierna. De esa forma, el pequeño puede sacar sus brazos con facilidad, poniendo en riesgo su propia seguridad. Sin embargo, con las butacas norteamericanas jugar al ¨escapista¨ es más difícil porque el broche pectoral se cierra a la altura del esternón.
La importancia de conocer cómo trabar el cinturón de seguridad inercial al momento de instalar la butaca es vital. Todas las butacas norteamericanas explican cómo se hace mientras que las europeas, algunas sí y otras no lo hacen. Por su parte, las de origen europeo, no necesariamente especifican de qué manera se traban; entonces, al colocar el cinturón de seguridad no es inusual que pueda quedar flojo. Por eso, es importante chequear, antes de comprar una butaca, que siempre indique el modo de trabar el cinturón de seguridad.
Se debe prestar atención a la fecha de vencimiento. La normativa europea no exige que el fabricante escriba la fecha de fabricación y/o vencimiento en sus productos. Entonces, una butaca hecha en Europa trae fecha de fabricación, pero no necesariamente de caducidad. Por el contrario, todas las butacas norteamericanas tienen fecha de fabricación e indican la fecha de vencimiento en el sistema, en el certificado de garantía o en el manual.
En general, la fecha de vencimiento es 10 años después de su fabricación. Existen productos que, al tener un uso más extendido que el resto, disponen de materiales especiales para evitar que se degraden con el tiempo tan rápido. En cuanto a riesgos, es importante tener en cuenta que un producto usado puede ser peligroso porque si el arnés y los materiales plásticos polímeros se desgastan con el paso del tiempo (sobre todo por el calor, el sol, y el uso), dejan de aportar la seguridad necesaria.
“Independientemente de la homologación, ante un accidente cualquier butaca debe ser desechada y reemplazada por otra”, explicó Walter Alonso, gerente Comercial de Graco Argentina.
Cabe recordar las categorías de SRI en función de la edad y el peso de los niños: Grupo 0, hasta 10 kg (6 meses); Grupo 0+, hasta 13 kg (12 a 15 meses); Grupo I, desde 9 kg hasta 18 kg (9 meses a 4 años); Grupo II, desde 15kg hasta 25 kg (4 a 6 años) y Grupo III, desde 22 kg hasta 36 kg (6 a 12 años).
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) afirma que la primera causa de muerte en la Argentina en niños mayores de un año son las lesiones externas, en especial las asociadas al tránsito. La institución destaca que las fatalidades se producen porque los niños utilizan el cinturón de seguridad antes de estar preparados para hacerlo, van sueltos o usan de forma inadecuada el SRI.
LA NACION