Por qué el Departamento de Defensa de EE.UU. está escuchando atentamente los sonidos de los camarones

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Varios esqueletos de ballena montan guardia en la costa de Fuerteventura, en la Islas Canarias. Son un claro recordatorio de los efectos dañinos del sonar militar.

Se cree que el sonar -una técnica que usa la propagación del sonido bajo el agua principalmente para navegar, comunicarse o detectar objetos- de barcos y submarinos es uno de los factores que contribuyen a los varamientos de ballenas, confundiendo su propio sonar y haciendo que se encallen en la orilla.

Sin embargo, esta tecnología hostil a las ballenas pronto podría tener un rival. Lori Adornato, directora de proyectos de la agencia de investigación militar estadounidense DARPA, cree que podríamos detectar submarinos prestando más atención al sonido natural que emitiendo pulsos de sonar.

“En este momento tratamos todo este sonido natural como ruido de fondo, o interferencia, que tratamos de eliminar”, precisó Adornato. “¿Por qué no aprovechamos estos sonidos?”. Su proyecto, Persistent Aquatic Living Sensors (PALS), escucha a los animales marinos como una forma de detectar amenazas submarinas.

Las boyas actuales de sonar lanzadas desde el aire por los militares para detectar la actividad submarina del enemigo, solo funcionan durante unas pocas horas en un área pequeña debido a la duración limitada de la batería. En cambio, el sistema PALS podría cubrir una amplia región durante meses.

Adornato dice que las especies que habitan en los arrecifes y en las que se puede confiar para permanecer en un lugar probablemente sean los mejores centinelas

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