Colonia. Después de muchos años en ruinas, fue reconstruido a nuevo uno de los sitios más visitados

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De plaza de toros en ruinas a centro cultural y anfiteatro. Del otro lado del charco, en Colonia del Sacramento, la Plaza de Toros Real de San Carlos volvió a ponerse de pie. El complejo fundado en 1910 que estaba a punto de colapsar recuperó su ADN original aunque cambió sus funciones. Y por supuesto, su uso. Así, Colonia rescató una de las piezas patrimoniales de su colección y la sumó a su abanico de edificios coloniales y atractivos. Desde 1995 la ciudad ostenta el título de Patrimonio Mundial declarado por la Unesco. Una acreditación que se palpita en cada esquina: la calle de los Suspiros, el Faro, la Puerta de la Ciudadela, Bastión del Carmen y la Casa del Gobernador, entre otros.

La plaza, que forma parte del complejo Mihanovich, se ubica a apenas 7 cuadras de la playa y la Rambla Costanera, donde aún siguen en pie los pilotes del viejo muelle. Renovada, consolidada y lista para convertirse en el pulmón cultural de Colonia, dejó atrás el deterioro aunque con las huellas de su pasado a flor de piel. El proyecto de rehabilitación que coordinó el arquitecto Walter Debenedetti dejó al descubierto un sector de gradas derruidas. “El diálogo cultural que se establece con la historia del lugar nos pareció interesante. Por eso conservamos un área en ruinas consolidadas, cerca del 40 por ciento de la superficie”, explica el director de Planeamiento y Patrimonio de Colonia. El dato no es menor y también aplica al sector de camarines. Aunque los artistas crean que el backstage del escenario ocupa un espacio nuevo, se trata de contenedores envueltos y revestidos con mallas metálicas de protección.

La visita a la Plaza de Toros se realiza con guías que cuentan detalles sobre las corridas de toros, soluciones constructivas únicas, el origen de los materiales y las técnicas de “sutura” que aplicaron los restauradores. El recorrido también pasa por el Museo Taurino, un espacio que atesora trajes de época, piezas originales, monedas, vajilla, fotos y una línea de tiempo. Entre las joyitas, las capas que utilizaron los españoles Ricardo Torres “Bombita” y Manuel Torres “Bombita Chico” en la inauguración, el 9 de enero de 1910.

Los sábados a la noche, la visita nocturna le aporta un toque místico al complejo, entre lo nuevo y lo viejo, el diseño de iluminación propone un viaje desde el pasado hacia el futuro. Hace 110 años, durante la segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez (1911-1915), se prohibieron las corridas. “En dos años se realizaron 32 corridas, donde los cuernos de los toros estaban protegidos por bolas de madera, para no lastimar al torero ni lastimarse”, explica Debenedetti.

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