Murió Carl Hahn, el hombre que inmortalizó al Escarabajo de Volkswagen

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Carl Hahn, un ejecutivo automotriz alemán que ayudó a transformar al humilde Escarabajo de Volkswagen en un ícono de la cultura pop estadounidense y en uno de los autos más producidos en el mundo, murió el pasado 14 de enero en su casa en Wolfsburg, Alemania. Tenía 96. Su muerte fue confirmada por su hijo Christopher Hahn.

Durante la presidencia de Hahn en Volkswagen AG -de 1982 a 1993-, la empresa se convirtió en una marca mundial y en el principal fabricante de automóviles de Europa.

El hombre tenía solo 20 años cuando escribió una carta no solicitada a Heinrich Nordhoff, el ingeniero alemán que había rejuvenecido a Volkswagen después de la Segunda Guerra Mundial, persuadiéndolo de contratarlo. Con éxito, en 1954 el joven se convirtió en el asistente del Nordhoff, y rápidamente ascendió a la posición de jefe de promoción de exportaciones.

Hahn se desempeñó como presidente de Volkswagen of America con sede en Nueva York de 1959 a 1964. Lo primero que hizo cuando llegó a Estados Unidos fue recorrer el país en un minibús Volkswagen. “Aprendí, aparentemente muy rápido, a conocer y comprender a Estados Unidos”, diría más tarde. “Y me encantó”.

La firma alemana evitó las aletas, entre otros elementos poco funcionales, con los que los fabricantes estadounidenses acostumbraban adornar sus diseños. En cambio, Volkswagen y su agencia de publicidad, dirigida por Doyle Dane Bernbach, promovieron “una filosofía automotor que no cambia por cambiar, sino que lo hace para e

Los anuncios persuadieron a los clientes a valerse del “menos es más”, adoptar los característicos faros traseros redondeados de sus modelos, y priorizar la eficiencia y el control de calidad.

Así, el combo de ingeniería y marketing creó una campaña que logró transformar al popular “auto del pueblo” de Hitler en la década del 1930, en el adorable “Love Bug” de la contracultura estadounidense. “Sin el Escarabajo, es probable que no hubieran existido los anuncios, que de hecho cambiaron toda la historia de VW fuera de Alemania, y resultaron en una recuperación económica necesaria para la firma, económica y moralmente”, dijo al respecto Andrea Hiott, autora de Thinking Small: The Long, Strange Trip of the Volkswagen Beetle.

Mientras Detroit cortejaba a los compradores con bestias gigantes y lujosas, los anuncios bicolores de Volkswagen mostraban una foto del diminuto Escarabajo rodeado por espacio blanco, transmitiendo el concepto de simpleza en sí misma. La campaña fue clasificada como una de las mejores del siglo XX, según Advertising Age. Esta misma agencia promocionó la confiabilidad y el valor de reventa del vehículo, y se jactó de que la fábrica de Volkswagen contaba con más inspectores de control de calidad que autos.

En 1964, a sus 38 años, Hahn fue nombrado jefe de ventas de la empresa matriz y volvió a su madre patria, esta vez a la sede de Volkswagen AG en Wolfsburg, ciudad en la parte de Baja Sajonia en el norte de Alemania.

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