El nuevo plan de la Ciudad para que vuelvan a circular los monopatines de alquiler

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Llegaron para revolucionar la movilidad sustentable en la ciudad, pero no contaban con que una pandemia podría hacer crujir la economía de las empresas hasta expulsarlas del país. Así, la primera experiencia de los monopatines eléctricos de alquiler duró apenas dos años y las unidades que se encontraban en las veredas de los polos gastronómicos y comerciales terminaron vendiéndose por internet. Ahora se viene la revancha de los monopatines, con una nueva experiencia que apunta a colocarlos de nuevo en la calle en 2023.

Más de un año después de la partida de la última de las empresas que brindaban el servicio, que llegaron a ser seis, el gobierno porteño lanzó un nuevo llamado a licitación a través de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, para salir a captar interesados en invertir en la movilidad sustentable. Esta será la segunda prueba piloto que promete poner en la calle hasta 2000 unidades en marzo próximo, la mitad de las prometidas en 2019 cuando comenzaba a proyectarse el nuevo concepto de circulación vehicular.

A pesar de que las unidades de alquiler dejaron de ser una opción, cada día se ven más los de uso personal. Hoy hay varias compañías que los venden a precios variados, que pueden oscilar entre los US$1000 y US$12.000. La opción de alquilarlos es la más económica porque se pagaba una tarifa plana por minuto de uso y para habilitarlos desde una aplicación. Se prevé que el año próximo sea similar.

El contrato de las empresas seleccionadas para poner los monopatines en la calle será de dos años. Habrá una diferencia importante respecto de la primera experiencia: las unidades se encontrarán en estaciones, de forma similar al que las bicicletas del sistema Ecobici, una modificación pensada para ordenar la logística y optimizar la carga de los rodados. Anteriormente los monopatines se ubicaban en sitios aleatorios y podían rastrearse a través de una aplicación.

“Los monopatines de uso compartido volverán a circular como un complemento del sistema de transporte, para hacer los viajes más cortos o de última milla en los trayectos entre el destino deseado y las paradas o estaciones de transporte público”, explican desde la secretaría de Transporte y Obras Pública.

El uso de los monopatines ya fue reglamentado en una ley aprobada en la Legislatura en mayo de 2019, que estableció el marco regulatorio con especificaciones técnicas para resguardar la seguridad de los usuarios y del resto de las personas que se mueven en la vía pública, con restricciones de velocidad y zonas de circulación, entre otras pautas. Para eso fue necesario modificar hoy el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad.

Mientras las empresas de alquiler se iban del país, crecía el uso de monopatines de uso personalRicardo Pristupluk – LA NACION

Las normas marcan que la velocidad máxima permitida es de 25 km/h, que la circulación debe ser por la Red de ciclovías y bicisendas protegidas (con una extensión de 287 km), el uso del casco es obligatorio, solo se permite una persona por monopatín, la edad mínima para su uso es de 16 años, y está prohibido circular por las veredas.

Antecedentes

El sistema comenzó a aplicarse en 2019 con cinco empresas que habían iniciado la primera prueba piloto. El primer paso lo dio Grin colocando 500 dispositivos en zonas estratégicas de la ciudad, principalmente en Palermo y Belgrano, en las esquinas o en la puerta de gimnasios o centros comerciales. Luego, progresivamente, se fueron sumando Lime, Bird, Movo, Kadabra y Glovo Go para ofrecer vehículos de transporte personal más sustentables y pensados para combinar viajes con el transporte público.

La buena aceptación entre los porteños y el crecimiento en el uso diario no pudieron esquivar los vaivenes económicos del país y las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus lo que significó un duro golpe para las empresas que no pudieron sostener el modelo de negocio.

La primera en abandonar el país fue Lime, en enero de 2020, que operaba una flota de 860 unidades. La siguió Movo, que decidió concentrar sus operaciones en España y suspender la actividad de movilidad en las ciudades de la región a las que había llegado. Glovo suspendió toda la operatoria y sus monopatines dejaron de circular. Más tarde se fueron alejando el resto de las empresas.

Marzo del año próximo aparece en el horizonte como fecha tentativa para la vuelta de los monopatines de uso compartido a las calles porteñas. El primer paso fue la publicación en el Boletín Oficial para habilitar a las empresas interesadas. Las características principales de estos dispositivos son un peso aproximado de 12 kilos y preparados para soportar hasta 100 kilos, con una autonomía de su batería de 20 km (de litio y una durabilidad de cuatro años) y una velocidad máxima de 25 km/h. Poseen freno a disco en la rueda trasera y dos luces, una trasera y otra delantera.

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