Por qué los ojos azules no son realmente azules

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Cuando se dice que alguien tiene los ojos tan azules como el cielo es cierto… no sólo porque así se vean sino porque ninguno de los dos tienen nada de azul.

No hay nada ni en ese espacio en el que flotan las nubes blancas en un mediodía veraniego ni en el íris de aproximadamente el 8% de la población mundial de ese color.

Lo que hay es una ausencia y de ella surge la ilusión del azul.

Esa falta es de pigmento que combinada con un fenómeno físico hace que se vea como se ve.

Para entenderlo hay que sumergirse en la parte coloreada del ojo.

El iris está formado por dos capas: el epitelio en la parte posterior y el estroma en la parte delantera.

El epitelio tiene solo dos células de espesor y en casi todos los casos, incluso en los ojos azules, contiene pigmentos de color marrón oscuro.

Esas motas oscuras que algunas personas tienen en sus ojos son el epitelio asomándose.

Sobre ese fondo marrón está estroma, un delicado entrelazado de fibras de colágeno incoloras.

A menudo, el estroma contiene melanina, la sustancia del cuerpo que también produce la pigmentación de nuestra piel y cabello.

La abundancia o falta de ese pigmento es un factor determinante cuando se trata del color tus ojos.

Pero no el único.

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