«Shou ga nai»: cómo la naturaleza volcánica de Japón define la singular filosofía de vida del país

52
0
Compartir:

A finales de octubre, humeantes columnas de vapor blanco y cenizas emergieron desde el mar, cuando un volcán submarino comenzó a cobrar vida cerca del archipiélago japonés de Ogasawara, en el Pacífico Occidental.

Para noviembre, las erupciones se habían tornado tan violentas y frecuentes que provocaron el surgimiento de una nueva masa de tierra de 100 metros de diámetro en la costa sur de la isla de Iwoto (antiguamente conocida como Iwo Jima).

Mientras que el dramático evento llegó a los titulares internacionales, pasó casi desapercibido en Japón, cuya ubicación a lo largo del Anillo de Fuego lo convierte en el país con mayor actividad sísmica de la Tierra.

Hogar de cerca del 10% de los volcanes activos del mundo y con una estimado de 1.500 terremotos al año, podría decirse que Japón es, en muchos sentidos, un laboratorio geológico moldeado por fuerzas poderosas.

Y, a lo largo de los siglos, las mismas fuerzas que han moldeado Japón físicamente, le han dado forma a su particular visión del mundo.

Japón es una nación de islas. Aunque consiste en cuatro islas principales conectadas por puentes y trenes de alta velociad, el total del archipiélago japonés contiene más de 14.000 islas, incluídas las 7.000 que se descubrieron a comienzos de año.

Los volcanes submarinos regularmente generan nuevas masas de tierra. A veces estas nuevas islas se erosionan y desaparecen bajo las olas. Otras veces se fusionan con islas existentes creando formas extrañas.

Compartir: